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miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS MUERTOS VIVIENTES

Robert Kirkman se ha empeñado en hacer suya la frase Más difícil todavía, y es que si ya nos impresionó con la creación de un personaje perverso como Negan, tras su apresamiento en volúmenes anteriores por parte de Rick digamos que la serie se había quedado huérfana de amenazas humanas. Sería a finales del volumen veintidós en los que el guionista de Kentucky nos sorprendería con la aparición de unos zombies que susurraban palabras, ¿acaso Kirkman estaba dispuesto a romper las reglas del juego? En el siguiente volumen todo quedó desvelado, un grupo de personas que se llamaban a sí mismos los susurradores habían optado por camuflarse usando la piel de zombies como si de un disfraz de cuerpo entero se tratase con el objetivo de no ser captados como humanos por parte de estos.

Había más, estas personas habían optado por despojarse de todo aquello que les convertía en civilizados, nombres fuera, relaciones familiares erradicadas y unos principios más cercanos al comportamiento animal que a lo que nos define como seres humanos civilizados, esta palabra es importante pues aglutina todos esos principios, todas esas barreras que nadie debería rebasar, como por ejemplo que una madre consienta que su hija sea violada por sistema por miembros de su grupo para satisfacer los instintos más animales. Esa niña en cuestión, se llama Lydia aunque su madre reniegue de dicho nombre, y en el anterior volumen conocería a Carl a quien se acercaría en primera instancia para conocer detalles de su comunidad y para ver si suponían una amenaza sin contar con que el contacto físico y sus charlas con Carl haría que poco a poco se gestase una atracción entre ambos que bien podría desencadenar en amor adolescente. Sus compañeros susurradores acudirían a buscarla para llevársela con ellos amenazando sino con iniciar una guerra ante la negativa de Carl sabiendo las constantes violaciones que ella venía sufriendo.

Obviamente, el pequeño de Rick no se quedaría de brazos cruzados y saldría en su búsqueda en cuanto pudo con el único objetivo de liberarla y traerla de nuevo con él. Y es ahí donde arranca este prometedor volumen número veinticuatro de la colección que engloba los números 139 a 144 demostrando que estamos ante una de las mejores series regulares de cuanto se están publicando en el mercado americano y que lejos de mostrar signos de agotamiento Kirkman consigue encontrar nuevas fórmulas para mantenernos aterrados y atrapados en su mundo. Veremos pues como Rick tras enterarse de la marcha de Carl y asustado, y es que por más que lo vea capaz no deja de ser su pequeño, sale en su búsqueda acompañado de Andrea, Michonne y Dante – quien ya tuvo un encuentro con los susurradores y salió en busca de Carl sin éxito con anterioridad -, ahora con Rick y su capacidad innata para encontrarse de bruces con los problemas será muy diferente aunque con unas consecuencias imprevisibles para la comunidad.

Kirkman lo vuelve a hacer y en este volumen vuelve a construir una de esas secuencias que perdurarán en la retina de los fans de la serie, no sólo por las consecuencias que explorará en el próximo volumen sino también por el impacto que tiene a muchos niveles en la serie, por otro lado, nos demuestra cómo es capaz de superar el sadismo de Negan construyendo poco a poco una amenaza que apunta a superar épicas batallas anteriores. Los muertos vivientes además no sólo vive de impactantes momentos, también de una construcción y a veces deconstrucción de unos personajes, de unas tramas, en el fondo pone del revés su vida para que estos sigan creciendo y con ellos la implicación del lector.

Los muertos vivientes sigue con paso firme y lejos de bajar su nivel se mantiene en una calidad más que notable, sin lugar a dudas estamos ante una de las mejores series de Image Comics, y recordad que en un par de días sale a la venta el volumen veinticinco con el que la serie llegará hasta su número ciento cincuenta, ¿que nos tendrá preparado Kirkman para ese número tan especial?.
Fuente: Zona Negativa

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